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Redacción Anuncios

Cuando se inició el estado de alarma, el Foro MICE, entidad que agrupa a todas las asociaciones empresariales vinculadas a la industria de congresos, reuniones, incentivos y eventos —entre las que se encuentra AEVEA, la asociación de las agencias de eventos— realizó una encuesta entre sus asociados según la cual en aquel momento ya se habían suspendido en nuestro país más de 1.100 eventos programados entre marzo y junio y las pérdidas generadas ascendían a unos 225 millones de euros, cifra que muy probablemente habrá crecido desde entonces.

El sector de los eventos aportó casi 11.000 millones euros al PIB español y generó 83.000 puestos de trabajo en 2017, según un informe de Events Industry Council y Oxford Economics, que situaba a España en el puesto 12 de los 50 países más relevantes en la organización de eventos. Las cifras globales reflejan la dimensión del sector y su impacto en la economía mundial: el negocio de los eventos mueve a más de 1.500 millones de participantes en 180 países, generando 10,3 millones de puestos de trabajo directos y una contribución de 621.4 mil millones de dólares al PIB mundial, según ese mismo estudio.

La suspensión del Mobile World Congress en Barcelona, a mediados de febrero, marcó el punto de inflexión, cuando todavía no sabíamos todo lo que estaba por venir. La cita tecnológica más importante del panorama internacional iba a recibir 110.000 visitantes de todo el mundo, con 2.400 empresas expositoras y 160 delegaciones gubernamentales. Se perdieron 14.000 empleos y un impacto económico estimado en 500 millones de euros entre hoteles, restauración empresas de transporte, taxistas, agencias de azafatas... 

La noticia cayó entonces como un jarro de agua fría, sin que fuéramos conscientes en ese momento de que ese gran desastre económico era solo el avance de una crisis global en ciernes: suspensión de todo tipo de congresos, conferencias, exhibiciones, eventos corporativos, ferias, entregas de premios, promociones, estrenos, networking… con un impacto aun hoy incalculable no solo para los profesionales y empresas que viven directamente de ello, también, indirectamente, para los miles de profesionales y empresas de todos los sectores que necesitan eventos y reuniones de mayor o menor dimensión para la promoción y venta de sus productos y servicios.

La capacidad de las agencias y profesionales para adaptarse a la situación y sacar provecho de la tecnología para realizar eventos virtuales no será más que un pequeño alivio, a la espera de cómo evolucione la situación y puedan volver los eventos presenciales, para un sector que en su conjunto tiene un peso muy importante en la economía española: España ocupó en 2018 la tercera posición mundial por acogida de congresos internacionales, con 595, solo superada por Estados Unidos (947) y Alemania (642), y la segunda por número de asistentes (296.825), por detrás de Estados Unidos (384.035), según datos de la International Congress & Conventions Association. 

La propia diversidad y amplitud del sector hace difícil estimar el número de eventos afectados por la crisis en nuestro país, pero poco después de decretarse el estado de alarma la asociación SpainDMC, que agrupa a agencias de viajes especializadas en eventos, reuniones y viajes de incentivos informó de que en España se habían anulado 561 eventos, 213 habían sido aplazados y 302 estaban en alto riesgo de anulación. Por su parte, la Asociación de Ferias Españolas (AFE) y la Asociación de Palacios de Congresos de España (APCE) estiman que se han cancelado o pospuesto en España más de 190 ferias y 270 congresos. En Europa, informan ambas entidades, en el ámbito ferial exclusivamente, la situación afecta a más de 3.300 ferias canceladas o aplazadas y el daño económico causado solamente por las cancelaciones, según lo previsto hasta finales de junio, será de 28.800 millones de euros.

Petición al Gobierno

La grave situación por la que atraviesa y la gran incertidumbre acerca del momento de reanudación de su actividad normal ha llevado a sector a solicitar del Gobierno medidas de ayuda en los terrenos laboral, fiscal y financiero. Así, a través del Foro MICE han solicitado la reducción, aplazamiento o fraccionamiento de manera automática y sin intereses del pago de impuestos como IVA, IRPF, IBI e IAE; la ampliación del ERTE de fuerza mayor más allá del estado de alarma, ayudas al telebrabajo y reducciones complementarias de los pagos a la Seguridad Social y, por último, ayudas a fondo perdido y abono inmediato de facturas pendientes por parte de la Administración. 

Por su parte, el pasado mes de abril, AEVEA, junto a la Asociación de Creatividad Transformadora, ADECEC y La Fede solicitó al Gobierno, en una iniciativa conjunta, la ejecución dentro de este ejercicio de los contratos públicos ya adjudicados, que las empresas que no fueran capaces desarrollar su actividad pudieran acogerse a ERTE y la activación de campañas por parte de las diferentes administraciones para reactivar los sectores más afectados por la crisis. En este sentido, Mar García señala desde AEVEA que se ha avanzado en el tema de los ERTE, aunque no lo bastante “ya que consideramos que hasta el último trimestre del año no se reactivará nuestro mercado”.

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